CLAVE PRIMERA
EL ESPECTÁCULO

 

 

Toda la vida de las sociedades en las que dominan las condiciones modernas de producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos.
Todo lo que era vivido directamente se aparta en una representación.

Guy Debord (La Sociedad del Espectáculo)

1

El espectáculo se ha apropiado de todo, es hora de apropiarse del espectáculo.

2

La crítica del espectáculo no ha sido capaz de destruir el espectáculo, la propia crítica ha sido absorbida por el espectáculo.

3

La literatura espectacular toma el espectáculo cotidiano como leitmotiv, roba a la pantalla su lenguaje y, apoderándose de ella, crea pensamiento crítico.

4

Sólo a través de una apropiación de los lenguajes del espectáculo podrá la literatura servir de espejo al espectador.

5

La tesis primera “Todo lo que una vez fue vivido directamente se ha convertido en una mera representación” (1) puede leerse hoy en un estadio evolucionado: “No recuerdo nada vivido que no haya sido una representación”.

6

Hemos nacido espectadores, somos hijos del espectáculo y es de él del que hemos aprendido a vivir. Sin embargo seguimos viviendo. Incluso somos felices en él. Los relatos fatalistas no toman en cuenta la capacidad de adaptación del ser humano.

7

El espectáculo de producción moderna ha evolucionado hoy como las pantallas que le sirven de medio: multiplicándose, diluyéndose, difundiéndose, interrelacionándose por interactiva e infiltrándose por debajo de cada uno de los actos cotidianos del individuo occidental.

8

Sólo asumiendo la representación múltiple de nuestra vida adoptaremos una actitud propositiva en ella. Aceptar el espectáculo nos dará la levedad necesaria para construir ficciones que produzcan verdadera opinión crítica en el lector-espectador.

9

Al carácter voyeur del espectador, se le ha añadido uno performativo (juicioso, crítico, difusor), que sirve de base a la continua multiplicación del propio espectáculo. Toda idea se convierte en imagen. Todo imagen busca multiplicarse. Compartir es vivir. Sharing is caring. El individuo contemporáneo retroalimenta el espectáculo de su propia vida continuamente.

10

Entre los críticos por negativa del espectáculo, existen a día de hoy dos extremos. Por un lado, la infantil: prepúber anti-sistema que patalea a la madre y se retira del mundo para vivir hermitaño. Por otro, la adulta, que se cierne a un discurso elevado al podio de unos cuantos, critica al mundo con la barbilla alta y reafirma un intelecto superior al resto, proclamando verdades únicas y produciendo mensajes profundamente inentiligibles para el espectador medio. Ambos dan cómo resultado un discurso endogámico. Ninguno produce verdadero efecto.

11

El lector/espectador se ha acostumbrado a su rol performer y no quiere más peanas. Quiere ser parte de un tablero de juego equitativo entre autores, actores y público. Es gamer y usuario, y no se rebajará a menos.

12

La representación ha de ser liviana. En lo liviano se destruye la peana, pues lo liviano es familiar al lector/espectador. La representación liviana es la única verdadera difusora de ideas de peso.

13

Sólo afirmando el espectáculo desde la levedad se puede crear pensamiento crítico a partir de la representación.

14

La literatura espectacular dice SÍ al espectáculo pues a través de sus ficciones pretende revirtualizar la espectacularizarización y poner en ella acento crítico.

15

Los sub-textos de la literatura espectacular se apropian del término espectáculo, lo aceptan y lo estudian para representarlo. A través de esta apropiamiento pretende plantar en el público la semilla del verdadero pensamiento crítico, con fin de que el brote de opinión y reflexión salga de él mismo.

16

La literatura espectacular no pretende dar lecciones a nadie. Sabe que se equivoca pues parte de un error de cálculos social. Esto la sitúa en una zona de comfort. Tan sólo quiere servir de espejo a ese “error” y al espectador que lo sustenta. Para ello estudiará diferentes mecanismos: protagonistas testigos, narrativas de personajes en red, imágenes sensoriales de emoción fuerte, prácticas de pragmatismo hedonista, etcétera.

17

No se trata de negar la experiencia literaria (de inmersión y absorción) sino de reforzarla con la esencia espectacular: donde nada sea ya privado, donde se acepte la libertad propia a coste de la servidumbre anónima, donde todo sea turbulento y nada estático. Dónde se refuerce el espectáculo como la mitología contemporánea.